Líbranos del maligno y llévanos a participar en la triunfo de tu Sagrado Corazón. Que al consagraros nuestra vida, merezcamos recibir como premio de ella el fallecer en la seguridad de vuestro simpatía y en el regalado seno de vuestro Corazón adorable.Que esta noche puedo afirmar, a pesar de mi fragilidad y de mi pecado, que fui servido